Es una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez, y que más de uno se ha visto obligado a responder experimentándolo en sus propias carnes. Y no es el fin del mundo, pero no es una sensación agradable, os lo aseguro. Así que vamos a repasar unas cuantas buenas prácticas sobre qué hacer si has perdido el pasaporte en pleno viaje.
1. Lo primero es intentar no perderlo. Ya, suena obvio, y muchas veces es cuestión de mala suerte, pero un poco de atención al respecto puede ahorrarnos un mal trago. Yo soy de quienes prefiere llevarlo encima todo el tiempo, por separado y en un lugar seguro. Y comprueba de vez en cuando que lo llevas todo.
2. No temas pasarte de precavido, sobre todo si te vas a un sitio remoto. Llévate fotocopias (varias) de tu documentación (pasaporte y DNI), y eso incluye un par (o dos) de fotos tamaño carnet en papel. Conviene también llevar encima la dirección y el teléfono del consulado más cercano. No lleves toda la documentación junta, y no estaría de más una copia escaneada en tu pendrive o e-mail.
Lo mejor en estos casos es… no perder el pasaporte
3. Que no cunda el pánico. Respira hondo, asegúrate de haberlo perdido y no cambiado de sitio, y sigue los siguientes pasos. Lo de respirar hondo es importante recordarlo, porque te vas a enfrentar a burocracias y desafíos diversos, así que lo mejor es estar tranquilo y tratar de entender y hacerte entender con la gente con la que te vas a encontrar.
4. La denuncia. Se impone una visita a comisaría, aunque personalmente creo que es mejor ir portando otra pieza que acredite nuestra identidad (¿ves como conviene llevar la documentación por separado?). Es necesario denunciar la pérdida o robo porque quién sabe qué mal uso se pueda hacer de él, pero sobre todo porque la denuncia es imprescindible para nuestro siguiente objetivo: que nos den otro.
De la comisaría al consulado
5. El consulado. Aquí te harán un nuevo pasaporte, para lo que será necesario cierto papeleo. Tú deberás aportar la denuncia de pérdida o robo del pasaporte, un par de fotografías, probar tu identidad y pagar unas tasas. Rellenas un formulario y se inician los trámites para obtener tu nuevo pasaporte. Si no hay embajada española puedes acudir a otra de un país de la UE.
6. Me falta algo. La cosa se complica si no tienes ninguna documentación acreditativa ni dinero para pagar las tasas (normalmente porque los has perdido/te lo han robado todo junto; releer el punto 2). Para solucionar lo primero serviría la declaración jurada de un compatriota. Si no tienes ni un duro, puedes optar por la vía rápida (que alguien te envíe o te ingrese dinero) o bien el consulado puede prestártelo.
7. ¡Tengo prisa, deme un salvoconducto! Sí, puede que tramitar el pasaporte lleve un tiempo, y tú tienes que volver ya (una lástima, con lo bien que nos lo estamos pasando)… Para esos casos se inventaron los salvoconductos; te expedirán uno para que abandones el país en las siguientes 48 horas. No me digas que no mola como suena. Bueno, pues que no te pase.
Escrito por Víctor Zamorano Blanco
Fotos: Revista Balcanes y MAEC
